25 de marzo. Hoy por fin ha salido el sol después de una semana de lluvia constante. Lluvia necesaria para la huerta que se nos ofrece de escenario en este nuevo taller.
26 de marzo. El sol sigue acompañándonos. Eduardo se ha venido con nosotros y se deja hacer. Vive un viaje particular de finitud e introspección. Concluye que le hemos reducido a un ser material. Le sigue Javier que hasta ahora permanecía como espectador. ..."Me ha gustado más entrar que salir". Chus no está segura, pregunta, ... ¡vamos!. Durante el proceso siente que la hemos ido construyendo con mucho cuidado. Después entra Kiko en acción y se convierte en el "objeto del artista" mientras escucha los sonidos hacia adentro en una suerte de introspección inesperada. El otro gran pilar de esta alquería de la que hoy nos despedimos es Toñi, que no quiere perderse la experiencia. Se deja caer en la tranquilidad y el silencio al que el proceso te acompaña.
El sol está cayendo y Rania, compañera fotógrafa de proyecto aprovecha la mejor hora de luz para documentar el momento.
Mañana volveremos a Ciutat Vella en una localización nueva. Se nos ofrece un espacio que forma parte de un proyecto innovador, la Residencia Plural.
27 de marzo. El escenario de Residencia Plural nos sorprende con su enorme portón abierto a la calle. Ha sido una tarde de contacto con el barrio, de gente que se paraba y preguntaba. De sentir el afuera y el adentro. Empezamos con Eva, una de las almas de Almatea. Al salir siente que pesa menos y reflexiona sobre el tacto: "notas que te tocan pero no te están tocando a ti. Tu piel ha desaparecido ya sobre la primera capa de vendas". Natalia es la cabeza número 100. Se estremece y visualiza la potencia de la censura justo el día después de la aprobación de la ley mordaza. El tercero es Cala, llega desde Torrent defendiendo la huerta. Con su alegría desbordante y su buen humor. Antes de empezar ya está sintiendo y compartiendo: "Vengo a hacerme la cara". Tras la experiencia nos regala sus sensaciones más íntimas: "cuando ha empezado el sonido de las tijeras era como si te estuvieran abriendo".
Y la gran sorpresa de la tarde es Mara. Sólo cinco años. Llega con su padre Marc y se quiere hacer la cabeza: "He decidido que me la hago" dice tras observar tres procesos. Sigue risueña las instrucciones hasta que sale de la cabeza: "era como estar en la ducha". Con mujeres así el futuro es nuestro. Su padre, Marc, transmite la idea de salir de la cáscara de un huevo y la atenuación de los sentidos: "los sonidos se matizan y se reduce el campo de visión. Mirada sobre tu mirada en el espejo". Y llega Anna con su hija Julia. Anna evoca la lucha y las armaduras con las que se visten quienes la emprenden. Un proceso en el que estaba dentro de ella misma pero no se reconocía, un estar dentro que también le daba paz. Cuando ya está oscura la plaza, llega Piero y disfruta: "encerrado dentro tampoco me lo paso tan mal". Su reflexión conecta lo íntimo y lo colectivo y da en una de las dianas del proyecto: "Todo esto que hacemos por activismo, lo hacemos por nuestra cara, para dar la cara sin sentir vergüenza".
18 de abril. Per l'horta contribuye con una activista más a esta aventura. María José acude al que creemos que será el último taller. Después de pasar por la experiencia nos habla de palpitaciones, de aislamiento, de introspección... de un proceso renovador. Ahora entendemos que su hija Mara fuese la avanzadilla.
11 de mayo. La excepción confirma la regla. Inma señala que se sentía al margen de si misma: "el placer de la permanencia y la pertenencia". Reis ... "el cervell batega".
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